jueves, 12 de julio de 2012

DE "DICHOS CAPITALISTAS" A "DICHOS OBREROS Y REVOLUCIONARIOS"
Algunos dicen “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”. "Nosotras, las que nos organizamos con el sindicalismo de base, queremos decir que no vamos detrás de nadie: estamos en primera fila luchando por nuestros derechos”. Estas fueron las palabras de Lorena Gentile, delegada de Kraft, dirigente del PTS. “Si se puede!, si se puede!. Si una mujer avanza, ningún hombre retrocede.” Respondimos miles desde el estadio colmado de Ferro. Trabajadoras y trabajadores estamos educados desde la escuela por dichos, emblemas y héroes “nacionales y populares”, que no son los nuestros. A quién no le suenan conocidas frases de las que no se sabe el origen, el fundamento, el autor? A saber: Las frases de resignación y naturalización de que las familias obreras y populares tengamos insatisfechas las más básicas necesidades: “A mal tiempo, buena cara.”, “No hay mal que por bien no venga”, “Siempre que llovió paró”, “Contigo pan y cebolla”, “Cuando hay hambre no hay pan duro”, “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Las que festejan la negación de la realidad: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Las que con atractiva prosa? promueven el individualismo: “La caridad bien entendida empieza por casa”. Las que llaman a no comprometerse con nada y callar: “En boca cerrada no entran moscas”. En la Conferencia Nacional de Trabajadores del PTS, trabajadores de 143 sindicatos, de 14 provincias, diagnosticamos el problema: La explotación y opresión de los capitalistas, los partidos de los patrones (“¿Patrones? Si, claro. Como el mío.” – reflexiona un compañero del público). Luego de diagnosticar el problema, armamos, debatimos y decidimos juntos un programa. Es decir, que empezamos a pensar de que forma, con qué plan, cambiar nuestra realidad juntos, los miles que estábamos en esa conferencia. Insistimos en el objetivo de la convocatoria. Por sindicatos sin burócratas. Por un partido de trabajadores sin patrones. Para que la crisis la paguen los capitalistas. “¿Se puede?”, preguntaban varios en las comisiones. “Claro que se puede.” Decía nuestro compañero Humberto desde el escenario, mostrando su orgullo y el nuestro de su pertenencia a la juventud del PTS. Ese compañero de la comunidad boliviana que parió su militancia revolucionaria desde el desprecio a las muertes y superexplotación en los talleres textiles. “Mierda, yo no tengo escusas”, otra vez se escuchó desde cerca en la tribuna. Claro, había dicho Raúl Godoy desde el escenario: “Es un desafío para llegar a miles, que en el futuro serán millones". Un nuevo empujón los dan los obreros de Asturias. Tenemos que dirigirnos a los cientos de miles que adhirieron al paro y a la marcha de los camioneros. Los que se enfrentan al robo que quiere hacer Scioli con el aguinaldo de los estatales y docentes. A los que sonrieron al ver en la tele esas manifestaciones. A mi compañera de trabajo, a la tuya, a la de tu vecino. “Lo difícil (se seguía reflexionando en las comisiones), es que los trabajadores que están mejor, y ven la necesidad de pelear por su salario, y por lo tanto, pelear contra los burócratas sindicales que le ponen techo. Pero no ven la importancia de militar construir un partido. Y nos cuesta llegar a los más explotados porque tienen una vida difícil. Cómo hacemos?. Se puede?”. Tomás y Daniela subieron al escenario a desplegar las banderas de la lucha contra la discriminación y violencia a compañeras y compañeros que tienen una elección sexual disidente con la heteronormativa impuesta por esta sociedad capitalista. Y el pecho se seguía hinchando de orgullo por la pertenencia al PTS. Subió también Segundina, compañera de la comisión de mujeres del Ingenio Ledesma subió al escenario, ayudada por la mano tendida de Raúl Godoy. Desde su conocimiento del trabajo de la caña de azúcar, explicó en forma sencilla y clara que la única salida para acabar con la explotación de los patrones, es el control obrero. Y saludando a los obreros, vecinos y amigas de la conferencia, sintiéndose identificada con la pelea por los derechos de las mujeres, que demostró con su sola presencia, están en la primera línea. Volvió el: “Si se puede!” Pero a juzgar por las miradas cómplices de los que compartimos la misma comisión, este nuevo “Si se puede!”, respondía con una imagen, la preguntas, dudas e intercambios en las comisiones. Una compañera terciarizada cuenta: “Me emocionó Segundina porque yo era faqueadora de caña de azúcar”. Que bueno que haya sentido la necesidad de decirlo con orgullo. Es que en la conferencia se transmitió algo más que descripción de un problema, debate sobre un programa y definición de un objetivo. En la conferencia se respiró un combate cuerpo a cuerpo contra las mentiras que nos quieren hacer creer los capitalistas, entre dichos, refranes “nacionales y populares”. En la conferencia se respiró algo que es más difícil de explicar, y es el destierro de la resignación, de la naturalización de la muerte y la miseria. Con los ojos bien abiertos, desnudamos la real realidad. La fuerza de estar todos juntos nos alejó del individualismo y nos calmó las heridas que deja este sistema cuando nos quiere hacer creer que somos una porquería. Nos volvimos a nuestros lugares convencidos de que va a haber problemas que sortear pero convencidos de que se puede! Y al mismo tiempo sabemos que esto es solo un inicio. Importantísimo pero inicial. Porque todos nos fuimos con la enorme tarea en nuestras manos de lograr que lo que vivimos en Ferro, sea el comienzo de una fuerza arrolladora que logre penetrar en la cabeza de centenares de miles. Planteando que nuestra poderosa clase obrera, necesita y merece, construir su propio partido para vencer.

1 comentario:

  1. Muy bueno, compañerxs!
    Me gustó mucho cómo desentrañan la profundidad de un discurso que ya emociona en la superficie, y nos muestra cómo la revolución no es únicamente en la sociedad, sino también en nuestras vidas y nuestros pensamientos.
    Adelante!
    P.-

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