lunes, 26 de noviembre de 2012


CARNERO YA SE ESCRIBE CON “K”

El 20 N hizo experimentar a una generación de jóvenes trabajadores lo que sucede cuando la clase obrera entera decide no trabajar.  

Eran las 6 de la mañana y en la panadería del barrio había una cartulina “Disculpe las molestias. Hoy no atendemos por el paro”. Con ese despertar se empezaba a notar que millones íbamos a hacer lo que este a nuestro alcance para que en el país no circulen ni las facturas. Llegando al Hospital Garrahan por la puerta donde todos los días mas de mil niños esperan ser atendidos en los consultorios habían sólo 30. Vamos que nuestros pacientes nos bancan. Sectores cerrados, turnos reprogramados, jefes trabajando para cubrir el ausentismo (que lindo!). Los gremios de las tercerizadas llamaban a parar pero los encargados aprietan y los del sindicato se borran. “Sólo nos cubrimos para faltar gracias a que paro todo el mundo y habían piquetes”. Eso veíamos en las recorridas junto a jóvenes del PTS, que con su sola presencia, marcaban la diferencia.

 “Ellos siempre nos explotan y se aprovechan que nosotros necesitamos. Entre el patrón y nosotros nunca va a estar todo bien”, escupe con bronca un metalúrgico de 20 años de edad. Con esa seguridad en sus palabras, hace que se arrepienta uno venía de ser amigo del dueño del taller.
El secretario Gral de su sindicato, Antonio Caló, no quiso adherir al gran paro general que el pasado 20. Prefirió, junto a otros dirigentes sindicales vendidos, mantener su amistad con el gobierno, a reconstruir una credibilidad con los de abajo. La UTA no paró, los bondis circulaban con la misma frecuencia y hasta más fluidamente que días normales. Los piquetes los podías esquivar desviando una cuadra. A pesar de eso, millones de obreros se quedaron en sus casas por ese descontento que calienta cada vez más.
En Alicorp de La matanza, a los carneros de siempre, se le sumaban los de la Verde. Esos que hace poco ganaron prometiendo cambios en la campaña electoral.  “Somos neutrales”. “Apoyamos el reclamo, pero no paramos” decían. No se animaron a decir la posta “Defendemos a este gobierno a costa de lo que sea”. Solo decían cosas para meterme miedo a la base, que piense en la miseria que se puede perder y no en lo que podemos ganar. Más claro, echale agua.
Desde la Bordo respondimos: “Acá es muy sencillo. No hay lugar para grises. Nosotros no estamos con Moyano (eso lo saben todos), pero si hay paro general por reclamos justos, se para. El que no lo hace, es Carnero y está con el gobierno que nos roba el salario.” Otra lección del 20 N: “CARNERO SE ESCRIBE CON K”.

Un solo puño en panamericana, acceso oeste, sur y capital federal.

Millones vimos en la tele un corte que decía cosas que nos identificaban. “No somos Moyanistas”, estampaba  escrito en fibrón una cartulina levantada por un trabajador grafico que cortaba Panamericana. En ese piquete de los que hace tiempo vienen luchando contra los dirigentes sindicales amigos de los patrones, la adhesión al paro y volver a la ruta, fue la indiscutible decisión a pesar de que esta medida las convocaron los que siempre carnerearon.  “No podemos dejar en manos de esos transas el paro nacional”. Ese corte estaba hermanado con el que hicimos en el acceso oeste, con la participación en el corte del Sarmiento, el corte que garantizó la Juventud del PTS en Callao y Corrientes, el Puente Pueyrredón y los de capital federal.

A la mañana siguiente del día en que “no había nadie en la calle”, una gran alegría se sintió en el trabajo. El haberse sentido parte de esa gigantesca demostración de descontento con el gobierno, los hizo sentir más fuertes para esta pelea que sigue.

Discusiones políticas recorren cada sector, en el desayuno, en el almuerzo, en la casa. La prensa del PTS circula mucho más, aunque no tanto como el olé, lógico.

Las tareas políticas se hacen más urgentes cada día. Ya no alcanza con solo tener delegados combativos y asambleas democráticas. Eso es muy importante y decisivo. Pero si al mismo tiempo, no construimos agrupaciones que comprendan que los trabajadores no pueden regalar esa fuerza que volvimos a mostrar después de casi 12 años, otra vez se fortalecerán los mismos partidos de los patrones de siempre, y que los trabajadores debemos construir nuestro propio partido, nuevamente ganaran las mismas caras de siempre.
Que el 20 de noviembre abrió un nuevo capitulo, que solo nosotros podemos construir su final.

Pronto una asamblea de delegados de las bases  obreras de todo el país, será la única institución legítima que pueda continuar un plan de lucha serio y efectivo, para seguirla.
La única forma de representar a todos. Tanto al que es afectado por el impuesto a la ganancia, como aquel que no llega a los 3000 $ y cada día cruza los dedos para que no sea el último.
El que está hace años en el mismo  trabajo y siente que le robaron cada minuto de su vida ahí dentro, como el de aquel que nunca conoció lo que es cobrar en cajero automático, ni imaginar un trabajo fijo.